Call of Duty WWII, la peor cara de la industria del videojuego
Call of Duty WWII (Sledgehammer Games, 2017) es el ejemplo perfecto de todo lo que va mal en la industria del videojuego y de las prácticas recaudatorias, colindantes en la frontera del abuso, que las grandes compañías están adoptando hacia los jugadores, es decir, sus clientes.
Como no podría ser de otra forma, esta nueva iteración de Call of Duty tiene un modo campaña, del que sus desarrolladores se jactan por su supuesta fidelidad histórica (como se emocionó el director de desarrollo con un abuelo que luchó en la guerra y que había que hacer justicia a todos esos soldados…). Pero eso sí, ten en cuenta que esa experiencia será efímera porque tan gloriosa campaña, ambiciosa en contenido y narrativa, dura apenas cinco horas mal contadas, porque hay que dejar paso, cuanto antes mejor, al verdadero corazón del juego: el modo multijugador.
El problema viene cuando resulta que ese corazón está podrido, y es que a pesar de que este WWII sale precio completo, tienes disponible desde ya un pase de temporada para los DLCs, mapas a precio de oro, que hacen que el jueguito cueste la friolera de 100€. Por supuesto el pase de campaña es opcional y nadie te obliga a comprarlo… pero si no lo compras no serás competitivo ni estarás bien integrado en la comunidad así que, de forma tácita si te están obligando a pasar por caja.
Además el multijugador ha derivado dramáticamente hacia el pay to win gracias a los micropagos en su modalidad más adictiva, las loot boxes, adherezadas con mecánicas y motores de matcthmaking para que tengas bien presente que si quieres ser alguien en este Call of Duty toca apostar en esa lotería. Tal es la desfachatez de este sistema que incluso hay un trofeo/logro que se desbloquea por ver a otros jugadores abrir sus lootboxes… sin palabras.
Ah! y no se te olvide que en el modo online han decidido quitar los símbolos nazis, porque claro en el mundo de “lo políticamente correcto” en el que vivimos, a los nazis hay que respetarlos, no sea que se ofendan, porque ellos también juegan a Call of Duty; todo muy normal en un juego en el que luchas contra los nazis.
Por si eso no fuera suficiente, tienes que saber que el disco que viene dentro de la caja de tu edición en formato físico no sirve absolutamente de nada sin conexión a internet gracias a su parche del primer día de 9 gigas, imprescindible pues sin él, el juego simplemente no funciona.
¿Pero sabes que es lo más triste? que Call of Duty WWII volverá a vender a expuertas dando a entender a Activision que puede mangonear a sus clientes sin pudor ya que estos no se quejarán mientras reciban su “dosis” anual.
Personalmente creo que nadie debería comprar Call of DUty WWII, “paradigma de todo lo reprobable en lo que a videojuegos se refiere”; y si te apetece un juego con buen apartado gráfico, una campaña larga y frénetica en la que masacrar nazis no es algo reprobable, mejor mira hacia la saga Wolfenstein.
Este artículo está basado en un texto que Paul Atreides, blogger en el Blog La Casa Capitular de Atreides, publico como un post de Facebook.
Fantástica reescritura, así se hacen las adaptaciones: cogiendo una idea y mejorándola. ¡Bravo!
ResponderEliminarMuchas gracias, pero cuando la base es excelente es fácil sacar un buen texto. El mérito es tuyo ;)
ResponderEliminarUn saludote!