Fire Emblem Fates, el potencial de la Muerte Permanente

Fire Emblem Fates (Intelligent Systems, 2015) fue la consagración de la saga Fire Emblem en Europa, aunque es cierto que fue su entrega anterior, Awakening, la que allanó el camino, fue Fates la que popularizó la saga.

Muchas son las virtudes de Fire Emblem: Su capacidad para aunar una jugabilidad profunda y medida al milímetro con historias épicas y emocionantes, personajes carismáticos, un sistema de juego fácil de entender pero muy profundos para que os expertos tengan recorrido, etc. Pero si por algo se caracteriza esta saga es por una característica tan propia que los fans no entienden un Fire Emblem sin ella y que sorprende a los recién llegados a la saga: la muerte permanente o “Permadeath”.

Como seguro que ya sabes, la Permadeath implica que si un personaje cae en combate su muerte es definitiva, es decir, que ya no lo puedes utilizar en posteriores batallas y tampoco aparecerá en las escenas y secuencias cinemáticas, lo que significa que te pierdes su parte de la historia.

Sin embargo es sorprendente que, en general, los jugadores al perder un personaje en batalla reinician el juego para poder superar la fase con toda la plantilla intacta. Quizá tendrías que preguntarte es si ¿Haciendo esto no estás yendo en contra de lo que pretendían los desarrolladores con esta mecánica? ¿Reiniciar la batalla no es una forma de  engañar al sistema en lugar de disfrutarlo?

La Permadeath es una mecánica con un potencial tremendo para generar emociones y sensaciones en el jugador, (tensión, miedo a la muerte, ira, necesidad de venganza, la tristeza por la pérdida…) y para crear Narrativa Emergente: el sacrificio de un héroe que dejas atrás para retrasar al enemigo mientras sus compañeros se retiran; la épica de un guerrero que ha perdido su hermano a manos de un general enemigo y que, por ese motivo, cuando ese antagonista reaparece quieres que sea ese guerrero y no el protagonista del juego el que se enfrente a él… 

Estas historias emergen de la propia jugabilidad y eso es algo que el propio título busca. Por ese motivo en Fire Emblem todos los personajes tienen un diseño tan carismático y puedes leer sus historiales; para que te puedas montar tu propia película, para que un personaje poco importante para la trama, pueda convertirse en un auténtico héroe y no sólo un “arquero de apoyo que llega a dos casillas”. Fire Emblem te invita a jugar así, a que vivas tus propias historias dentro de un conflicto bélico épico que desarrolla la trama, y te anima a ello con la Muerte Permanente. Lo curioso (y un poco triste) es que todo este potencial desaparece si reinicias la partida.

Es duro y la tentación es demasiado grande, pero vale la pena dejar que la Muerte Permanente, tan característica del juego, actúe, porque haciéndolo Fire Emblem alcanza una dimensión jugable muy diferente y lo disfrutarás como jamás lo has hecho antes.