Gears of War 4, evolución justa y necesaria
Es obvio que Gears of War 4 (The Coalition, 2016) no llegó para para cambiar nada, así que sí, los que esperabais una revolución os debisteis llevar una decepción tremenda. Sin embargo es importante distinguir entre dos conceptos que, demasiado a menudo, se confunden en el mundo del videojuego: Innovación y evolución.
Innovar y evolucionar son dos cosas muy distintas: mientras que la innovación se entiende como la generación de cambios a partir de la incorporación de novedades, la evolución implica que esos cambios se realizan de forma gradual. Así pues, si hay cambios hay evolución, pero esta puede ser más o menos intensa en función de si se innova en mayor o menor medida.
En The Coalition parecen haber captado el mensaje, y por eso con Gears 4 decidieron dar a los fans lo que estaban esperando: un GEARS OF WAR, en mayúscula, en la que hay evolución, pero en el que la innovación es escasa.
Gears of War 4 tiene una confianza ciega en la robustez de las mecánicas clásicas de la serie. Confía en los tiroteos con coberturas, en el diseño de los enfrentamientos, en la recarga activa, en enemigos que son auténticas esponjas de balas, en el efecto cámara al hombro al correr y, sobretodo, confía en el Lancer (su icono más representativo) y la sobredosis de violencia que es capaz de aplicar a nuestros enemigos.
Por supuesto vas a encontrar novedades: una nueva historia (continuación directa de Gears of War 3) pero más trabajada y mejor contada, nuevos personajes, nuevas armas, nuevos enemigos, las llamaradas (tormentas que causan daño, destruyen las coberturas y cambian el entorno), escenas de acción diferentes que aportan variedad al conjunto, un modo horda que se ha implementado dentro de la propia campaña, y el capítulo final que, sencillamente, tienes que jugar.
Pero parece se esperaba más innovación, y ya sabes lo cruel que puede ser la gente en las redes sociales, y por eso son muchas las voces que se han alzado clamando, como si fuese algo malo, que Gears of War 4 es más de lo mismo... y siendo sinceros lo es; pero también el mejor. Es más ambicioso, más frenético y más espectacular que nunca; su jugabilidad es la de siempre pero pulida y refinada, y en los apartados técnicos es una auténtica maravilla. Los cambios son poco, es verdad, pero todos y cada uno de ellos tiene sentido y aporta algo porque aunque Gears of War 4 no innove en demasía sí que es la evolución lógica del Gears of War original.
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