Mario Bros (NES) o como crear un juego alrededor de un concepto

La forma en que Nintendo afronta el desarrollo de un videojuego es especial. En lugar de intentar contarte una historia, hacerte sentir una emoción sienta, o simular el funcionamiento de algo (desde un avión a un planeta), y luego crear unas mecánicas jugables que les permitan conseguir hacer eso; su enfoque es diametralmente opuesto. 

El punto de partida es una idea, un concepto que explore nuevas formas de jugar y, sólo entonces, se crea el resto del juego a su alrededor.

En palabras del propio Shigeru Miyamoto “Nos aseguramos de tener unos cimientos sólidos para luego construir sobre ellos todo aquello que nuestra ambición y el tiempo de que disponemos nos permiten”.

El icono que mejor representa esta filosofía es, como no puede ser de otra forma, el primer Mario Bros para NES (Nintendo, 1983). Todo en Mario Bros tiene que ver con la capacidad de saltar del personaje: Salta sobre plataformas, tuberías y ladrillos; salta sobre los enemigos para derrotarlos; salta para golpear bloques, romperlos y liberar poderes, entre los que se incluye una flor que le permite disparar… en un engorroso ángulo de 45 grados que te obliga a saltar para poder disparar correctamente. ¡Hasta la meta está sobre un ladrillo, lo que te obliga a saltar para poder terminar el nivel!.

Quizá pienses que crear un juego alrededor de una sola mecánica puede constreñir las opciones de los desarrolladores. Nada más lejos de la verdad, aunque sí es cierto que el planteamiento creativo cambia.

Cuando puedes interactuar con casi todos los elementos que componen el juego usando esa mecánica principal el rango de opciones jugables es relativamente pequeño, por lo que probablemente el sistema de control también será sencillo y no necesitarás usar demasiados botones. Lo que se traduce en que que el juego será muy accesible y cualquiera podrá jugarlo. 

Pero entonces ¿cómo conseguir la profundidad jugable necesaria para que dominar el juego sea todo un desafío? En este tipo de juego las capas de profundidad no aparecen por adición de mecánicas adicionales, si no creando situaciones en las que se combinan varios elementos que reaccionan de forma diferente ante la mecánica central. Un ejemplo de ello es cuando haces saltar a Mario sobre un enemigo para alcanzar una plataforma de otra forma inaccesible. 

Cuando entró por primera vez en escena, en la recreativa de Donkey Kong, a Mario se le conocía sólo como Jumpman ¿Un nombre muy acertado, no crees?